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Cuando ser escritor no da dinero


   Sueños tenemos todos, el que más y el que menos, más humildes o realmente ambiciosos. ¿Y entre los que "escribimos"? Pues también los tenemos. Que nuestras historias lleguen a miles de lectores y estos sufran, se entusiasmen y emocionen con ellas; que recibamos los elogios de la crítica y hasta de otros grandes del oficio; que nos dé para vivir de ello... Pero el problema de llegar a este éxito es que, en la mayoría de las ocasiones y siendo realistas, se trata de sueños, literalmente, y, como tales, quedarán sin cumplirse.

   Por supuesto, hay refranes con clara referencia a este asunto que debemos repetir en nuestra cabeza una y mil veces para creer que tenemos alguna posibilidad, con mensajes como que hay que arriesgar para ganar, el no ya lo tenemos, si no lo intentas nunca sabrás si podrías haberlo conseguido, etc, etc, etc. Es decir, que rendirse lleva al fracaso, irremediablemente.

   ¿Que el camino es difícil? Para unos más que para otros, desde luego, pero hay que intentarlo. Hay muchos competidores por llegar al lector; da la impresión de que hasta haya menos lectores; quizá los que tienen el dinero, medios y poder para llevar una obra mucho más lejos no están por la labor de descubrir nuevos talentos o promesas, y van más a lo seguro... Muchas razones, quizá, para desistir, pensárselo al menos. Aún así, ¿no las hay también para continuar? Sí, claro que sí, aunque supongo que cada uno deberá buscar las suyas para mantener esas ilusión y ganas. ¿Las mías? Pues las tengo. Por ejemplo, cada nuevo lector y su entusiasta valoración tras la finalización de uno de mis libros. Gran sensación y potente inyección de optimismo para enfrentarse a un oficio en el que cuesta mantenerse, no voy a negarlo. Muchas veces, pesa bastante el no encontrar tiempo para desarrollar esta actividad, incluso ver como otros factores en la vida la solapan en importancia y debemos centrarmos en ellos para sobrevivir, que no es poco.

   Seguir escribiendo puede llegar a ser bastante complicado cuando algo que cuesta tanto (pues no es solo juntar letras hasta alcanzar el punto y final) no parece reportar lo que en consecuencia se espera de ello. Sí, me autocito para afirmar que hablamos de sueños, como el de poder vivir de esto, pero, ¿cuántos lo han logrado? Si nos guiamos por las estadísticas podríamos echarnos a llorar ahora mismo, incluso vemos que a lo largo de la historia hubo personas que murieron y no conocieron en vida el gran alcance que después obtuvo su obra. Y nosotros, ¿vamos a conseguirlo? Bueno, si lo dejamos es obvio que no, no lo lograríamos jamás.

   Estoy en esto desde hace ya varios años y me encuentro con casos de multitud de personas que abandonaron, que se rindieron. Quizá no les llenaba tanto, puede que su autoestima o su propia personalidad no les permitiese luchar por su sueño. Pero yo sigo aquí. Y no, no pienso desistir. Sigo vivo, y vivos siguen mis sueños. Hasta que lo consiga, y más allá, podréis contar con mis historias, pues aún me quedan muchas por ofrecer.





Jorge A. Garrido

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