¿Se le puede exigir lo mismo a un autoeditado que a un profesional?
Yo soy autoeditado, eso no me lo quita nadie. Y, desde luego, tuve un comienzo, uno muy poco... profesional. Es cierto que llegó un momento (por suerte bien pronto) en el que me di cuenta de que no podía presentar un trabajo tan mal cuidado, aún menos venderlo de semejante manera, de ahí que retirara del mercado esa primera edición y me pusiera manos a la obra para arreglarla. Uso constante de los diccionarios de definiciones, sinónimos y antónimos y las normas actualizadas de la Rae; entre cinco y seis lecturas a la novela al completo; conocer y aprender las reglas de maquetación; consultar los libros de mi estantería, y pertenecientes a grandes editoriales, para comprobar que lo estuviera haciendo correctamente... Como autoeditor trabajas casi todos los aspectos y has que tenerlo muy claro: todo debe estar cuidado al detalle, esforzarte al límite para darle al libro el mejor acabado posible, cuando en una editorial convencional trabajan muchas personas, especializada cada una en una característica que domina a la perfección. Pero aún más; no contento con cómo me había quedado, volví a dedicarle varios meses y publiqué la tercera edición. Y todavía contendrá algunos fallos, pero la obra se encuentra muy, muy depurada.
Descrito el complejo proceso por el que ha de pasar un autoeditado, vuelvo a la pregunta del título del post: ¿se le puede exigir lo mismo a este que al autor avalado por una editorial convencional? yo creo que depende. Sí, porque, al final, lo que deberíamos valorar es el producto por el que vamos a desembolsar nuestro dinero. En otras palabras, pienso que hay que pagar un precio justo por el libro que vamos a adquirir. Aquí podríamos poner varios ejemplos (me encanta poner ejemplos), como, quizá, el de las aerolíneas low cost. Pagas por un billete y sufres ciertas pérdidas respecto a otra compañía, como la comodidad, menos espacio entre pasajeros, asientos más rígidos y no reclinables, un menú mucho más simple... pero es que, amigo mío, has pagado menos. Entonces, ¿estoy de acuerdo en que un libro de un escritor que autoedita deba tener un precio más bajo? Si tenemos en cuenta que no termina de ser un producto profesional, al menos debería quedar más ajustado. Y no hablo por hablar. ¿Vosotros entendéis que un autoeditado (más si es novel) publique su libro al mismo precio que el de salida de un autor consagrado, cuya edición, encima, incluya tapa dura? Entrad en alguno de los portales de venta para comprobarlo; puede que os sorprendáis.
Como conclusión personal, no me entra en la cabeza que se le pueda exigir lo mismo a uno que a otro. Eso sí, cada cual ha de comprender, del mismo modo, que no debe/puede equiparar su trabajo al resultante de un grupo de profesionales que pondrá en el mercado un producto de una calidad bastante mayor (le pese a quien le pese). ¡Cuidado! No estoy diciendo que una única persona no sea capaz de ofrecer un libro bien trabajado y por el que merezca la pena invertir el dinero, pero hay que bajar de las nubes, poner los pies en la tierra y no creerse más de lo que uno es. ¿Qué opináis vosotros?
Descrito el complejo proceso por el que ha de pasar un autoeditado, vuelvo a la pregunta del título del post: ¿se le puede exigir lo mismo a este que al autor avalado por una editorial convencional? yo creo que depende. Sí, porque, al final, lo que deberíamos valorar es el producto por el que vamos a desembolsar nuestro dinero. En otras palabras, pienso que hay que pagar un precio justo por el libro que vamos a adquirir. Aquí podríamos poner varios ejemplos (me encanta poner ejemplos), como, quizá, el de las aerolíneas low cost. Pagas por un billete y sufres ciertas pérdidas respecto a otra compañía, como la comodidad, menos espacio entre pasajeros, asientos más rígidos y no reclinables, un menú mucho más simple... pero es que, amigo mío, has pagado menos. Entonces, ¿estoy de acuerdo en que un libro de un escritor que autoedita deba tener un precio más bajo? Si tenemos en cuenta que no termina de ser un producto profesional, al menos debería quedar más ajustado. Y no hablo por hablar. ¿Vosotros entendéis que un autoeditado (más si es novel) publique su libro al mismo precio que el de salida de un autor consagrado, cuya edición, encima, incluya tapa dura? Entrad en alguno de los portales de venta para comprobarlo; puede que os sorprendáis.
Como conclusión personal, no me entra en la cabeza que se le pueda exigir lo mismo a uno que a otro. Eso sí, cada cual ha de comprender, del mismo modo, que no debe/puede equiparar su trabajo al resultante de un grupo de profesionales que pondrá en el mercado un producto de una calidad bastante mayor (le pese a quien le pese). ¡Cuidado! No estoy diciendo que una única persona no sea capaz de ofrecer un libro bien trabajado y por el que merezca la pena invertir el dinero, pero hay que bajar de las nubes, poner los pies en la tierra y no creerse más de lo que uno es. ¿Qué opináis vosotros?
Jorge A. Garrido
Yo no creo que se pueda exigir exactamente la misma calidad a un grupo de profesionales, que perfeccionan el trabajo de un autor, que a un novel que tiene que suplir él solo todas estas carencias, pero tampoco deberían cobrar lo mismo, o incluso más, por un trabajo inferior. Los precios de los autoeditados son, muy a menudo, desmesurados y excesivos, cuando ni siquiera cumplen unos estándares mínimos de calidad. Como dices, hace nada, adquirí un best seller de Ediciones B en rústica por 19,90€ y hay novelas con ediciones en tapa blanda, sin corrección y de noveles por más de 20...
ResponderEliminarHay una falta de coherencia increíble.
Una pregunta curiosa sería: ¿el lector debería ser avisado del tipo de edición del libro que va a adquirir? Al menos, según pienso, debería existir la posibilidad de previsualizar una mínima parte de la obra, incluso la posibilidad de valorar distintos aspectos (trama, corrección, maquetación, estilo...) y que estas aparezcan en la ficha del portal de venta.
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